Abróchense los cinturones: Aterriza como sepas

Dicen los pilotos que si tras el aterrizaje puedes salir del avión andando, ha sido un buen aterrizaje. Ya si encima el avión se puede volver a utilizar es un aterrizaje perfecto. El chascarrillo viene a ilustrar una realidad sobre los aviones, que, básicamente son enormes latas cilíndricas de cientos de toneladas de peso con un trillón de piezas móviles que se desplazan a la velocidad del sonido a diez kilómetros del suelo, y en las que bastan un puñado de fallos más o menos críticos para provocar un hermoso espectáculo de fuegos artificiales. Recuerda esta definición la próxima vez que te subas a un Boeing de Ryanair, te hará pasar un viaje más entretenido. El caso es que volar es más o menos seguro (desde luego es más seguro que escalar el Everest o hacer la declaración de la renta), pero hay veces en las que parece que hay que darle un poco de picante al asunto de aterrizar la cañería con alas y desde tierra se ponen las cosas un poco más interesantes. Para que haya tensión. No todo en esta vida es tranquilidad. Hoy veremos unos cuantos aeropuertos simpáticos donde, si tienes miedo a volar, no querrás tener que facturar nunca una maleta. Y si no lo tienes, casi que tampoco.

  10.- Aeropuerto Internacional de Toncontín, Tegucigalpa (Honduras)

Situado a mil metros de altitud y con una pista de sólo dos kilómetros de largo, el aeropuerto de Toncontín se encuentra enclavado entre montañas, en un llano anejo a la capital hondureña. Su situación obliga a los aviones que aterrizan allí a efectuar un giro de última hora bastante espectacular, y a un descenso vertiginoso rozando los tallos de las plantas que crecen en las colinas de los alrededores del aeropuerto. La escasa longitud de la pista obliga a tocar tierra bien al principio de ésta, para que no suceda lo que le pasó al A320 de Taca que en 2008 tomó tierra tarde y acabó saliéndose del aeropuerto y arrollando coches en una avenida cercana.

Aproximación a Toncontín. Debajo, vista del aeropuerto (fuente)

 9.- Aeropuerto Internacional de Gibraltar

Situado en el itsmo que une la península gibraltareña con el territorio español, el aeropuerto es objeto de una disputa territorial aparte de la que mantienen España y el Reino Unido por el total del territorio gibraltareño. La pista del aeródromo llanito fue construida ganandole terreno al mar, algo a lo que, según España, Gibraltar no tiene derecho. El caso es que la colonia británica es minúscula y su aeropuerto no se queda atrás. El único lugar suficientemente plano para construir un aeródromo es el itsmo, lo que implica necesariamente atravesar la carretera que une Gibraltar con La Verja (término oficial con el que España, que no reconoce la soberanía gibraltareña, denomina a la frontera internacional). Así pues, cuando un avión aterriza los coches se tienen que detener y antes de continuar su camino esperar a que el Airbús de la British o Easyjet abandone la pista.

Vista aérea del Peñón y el resto de la colonia británica, incluido el aeropuerto. Debajo, un avión de Iberia (que hace unos años realizaba la ruta con Madrid) cruza la carretera de la frontera. Más abajo, un avión de la British provoca el cierre de la carretera.

  8.- Aeropuerto de Barra, Escocia (Reino Unido)

Hay aeropuertos que son clásicos destinos de playa, como Alicante o Málaga, y luego hay aeropuertos que son la playa. O playas que son el aeropuerto. El aeródromo playero de Barra está situado en la isla escocesa del mismo nombre, perteneciente al archipiélago de las Hébridas Exteriores. El aeropuerto posee tres «pistas» que se ven sumergidas en las frías aguas del Atlántico Norte cada vez que sube la marea. De hecho los horarios del par de vuelos procedentes de Glasgow que aterrizan allí diariamente van variando según lo hacen las mareas. El aeropuerto sólo se usa de día, pero puede usarse por las noches en casos de emergencia utilizando faros de vehículos como luces de la pista de aterrizaje.

Una avioneta de la British Airways aterriza en las húmedas pistas de arena de Barra (© Miguel H. Carriço). Debajo, un cartel junto al aeropuerto muestra el mapa de las «pistas», la mas larga de las cuales mide 846 metros, e indica la obligación de mantenerse lejos de la playa cuando la manga de viento está instalada (fuente)

  7.- Aeropuerto Internacional de Paro (Bután)

El pequeño y montañoso reino de Bután alberga un único aeropuerto capaz de recibir vuelos internacionales, en la localidad de Paro, al oeste del país. Situado en un estrecho valle rodeado de montañas de hasta 5.000 metros de altitud, la aproximación es tan compleja (y sólo puede hacerse visualmente dadas las pobres instalaciones del lugar) que pocos pilotos poseen la licencia para aterrizar allí. La leyenda, de hecho, dice que son únicamente ocho los pilotos en todo el planeta capaces de posar un avión en el lugar, pero teniendo en cuenta que sólo Drukair ya vuela a diez destinos distintos (y otras dos aerolíneas operan vuelos en el aeródromo), tiene pinta de ser una leyenda muy repetida más que una realidad.

La Fortaleza de Paro sirve de telón de fondo al bimotor de Drukair haciendo una maniobra espectacular

  6.- Aeródromo de montaña de Courchevel (Francia)

Courchevel es una estación de esquí situada en los Alpes Franceses. El aeropuerto que la nutre de esquiadores de los que llevan billeteras más gruesas que los anoraks está situado en mitad de la estación de esquí, lo cual explica sus dos cifras más aterradoras: la longitud de la pista (525 exiguos metros de asfalto) y especialmente la inclinación de ésta: 18.5% de gradiente. El Alpe d’Huez de los aviones. La inmensa mayoría del tráfico del minúsculo aeropuerto, sin embargo, proviene de los muchos helicópteros que aterrizan allí. El aeródromo carece de protocolo de go-around o Motor y al aire, es decir, que si hay que abortar un aterrizaje en mitad del descenso por cualquier razón, las alternativas son básicamente rezar y que el piloto tenga buena mano o ah, se siente, haber venido en autobús, Jean François, espero que hayas hecho testamento, me pido tu colección de huevos de Fabergé.

Vistas del aeródromo de Courchevel en invierno (fuentes 1 y 2).

   5.- Aeropuerto Gustavo III, San Bartolomé (Antillas Francesas)

San Bartolomé es una posesión francesa en el Caribe, que en el año 2009 no llegaba a albergar nueve mil personas en los poco menos de 25 kilómetros cuadrados de la isla. Posee un aeropuerto nombrado en honor del rey Gustavo III de Suecia, al que también debe su nombre la minúscula capital, Gustavia. El aeropuerto, viejo conocido de este blog, cuenta con una pista de apenas 650 metros, con una particularidad bastante inquietante. Una de las cabeceras de la pista se encuentra en la playa, lo que provoca escenas de pánico entre los bañistas cuando algún avión correo pasa a menos de cinco metros de sus cabezas, y la otra cabecera de pista se encuentra al pie de una colina de unas pocas decenas de metros de altura en cuya cima se encuentra una carretera. Lo cual, dada la escasa longitud de la pista, obliga o bien a aterrizar prácticamente en la playa, o bien a efectuar una pasada a escasos centímetros del techo de los coches seguida de un descenso salvaje hacia la pista.

Aterrizajes en St Barts desde la playa  y la montaña (fuente)

Un aterrizaje abortado y un segundo intento exitoso. Nótese la escasísima distancia hasta las cabezas de los presentes. Todavía más espectacular es este otro vídeo en el que una avioneta casi se estampa contra un camión

  4.- Aeropuerto Tenzing-Hillary, Lukla (Nepal)

Si el aeropuerto de Courchevel es complicado y sólo está en los Alpes, es fácil imaginar que uno situado en las faldas del Himalaya y que abastece de escaladores y montañistas al Campo Base del Everest no va a resultar sencillo. Situado a casi tres mil metros de altura, y con una pista de menos de medio kilómetro de longitud, el aeropuerto es uno de los más peligrosos de Asia y del mundo tanto por su altitud como por su difícil aproximación. Únicamente helicópteros y avionetas STOL pueden aterrizar en el lugar, y extremando las precauciones. Para hacer el aterrizaje más entretenido y desafiante, uno de los extremos de la pista termina en un acantilado y el otro en una montaña, por lo que pasarse de frenada en el aterrizaje garantiza un hermoso choque seguido de pirotecnia (ha pasado ya) y despegar sin suficiente velocidad lleva a los pasajeros a experimentar la maravillosa sensación de la caida libre. El aeropuerto también carece de protocolo para la maniobra de motor y al aire; si hay que abortar el aterrizaje lo más probable es que el avión se estampe contra las montañas. Lo que viene siendo una maniobra de Motor y al Suelo.

Despegando en el aeropuerto de Lukla (fuentes 1 y 2)

  3.- Aeropuerto de Bangda, Tíbet (China)

Si el aeropuerto de Lukla está alto, el de Bangda hace que parezca una cómoda pista a nivel del mar. Se trata nada menos que del aeropuerto a mayor altura del planeta, situado a 4.334 metros sobre el nivel del mar (eso es un poco menos que el Mont Blanc, el pico más alto de los Alpes). La altitud del aeropuerto es tal que al aterrizar la tripulación advierte a los pasajeros contra el mal de altura. No es el único récord mundial que posee el aeropuerto. A semejante altitud, la velocidad necesaria para la sustentación es mucho más alta, e igualmente lo es la distancia necesaria para alcanzarla, así que el aeropuerto también posee la pista de aterrizaje más larga del mundo, nada menos que 5.500 metros. Eso es un kilómetro más que la más larga de las pistas de aeropuertos como el de Madrid o el JFK de Nueva York. Chamdo, la capital del distrito tibetano a la que sirve el aeropuerto, está a 126 kilómetros de distancia, un viaje de dos horas y media en coche por carreteras de montaña. ¿Por qué tan lejos? Porque no había ningún lugar suficientemente plano cerca. De todas maneras, parece que en breve el aeropuerto de Bangda perderá su condición récord en favor de otro aeropuerto chino, el de Daocheng

Un par de vistas del montañoso aeropuerto de Chamdo (fuentes 1 y 2). Así se ve desde el satélite en Google Maps, y así en Google Earth

  2.- Pista Aérea de Matekane, Mafeteng (Lesoto)

A ver. Vale. Esto no tiene de aeropuerto ni el nombre, lo sé. Pero es imposible no mencionarla. Además, recordad, es mi blog y hago lo que quiero con él. La pista aérea de Matekane es una de las diversas pistas de aterrizaje para avionetas que se pueden encontrar en el país destinadas a la comunidación con las comunidades rurales (algo similar ocurre en Australia, Alaska y otros lugares remotos). Como Lesoto es montañoso hasta el punto de que el lugar más bajo del país está más alto que el punto más alto de 93 países del mundo (dato molón) es bastante lógico que esté situada a gran altura (2.300 metros). Lo que la hace excepcional es su extrema brevedad (400 metros) y su situación junto a un cañón de más de 500 metros de profundidad. La escasísima longitud y la altitud de la pista hacen que despegar en el asfalto sea básicamente imposible, así que las avionetas se lanzan precipicio abajo para ganar velocidad y sustentación antes de emprender el vuelo. Tal cual. Como dice un piloto local «La primera vez es un poco difícil».

 Espectaculares vistas aéreas de la pista de Matekane (fuentes 1 y 2)

Despegando en Matekane

  1.- Aeropuerto Juancho E. Yrausquin, Isla de Saba (Antillas Neerlandesas)

La Isla de Saba es la más pequeña y despoblada de los territorios caribeños de los Países Bajos. Con apenas dos mil habitantes y 13 kilómetros cuadrados de superficie, sin embargo, contiene el punto más alto de todo el Reino Neerlandés, ochocientos metros sobre el nivel del mar. Construir un aeropuerto en un volcán (que no otra cosa es la isla) es una cosa complicada, normalmente por falta de sitio. Así que no es de extrañar que la única pista del aeropuerto de la isla no destaque por su longitud, sino precisamente por su falta de ella. 396 metros que comienzan y terminan en sendos acantilados que se despeñan a las cálidas aguas del Mar Caribe. Allí no existen las maniobras de motor y al aire, sino de motor y al agua.

Dos imágenes de la exigua pista del Aeropuerto Juancho E. Yrausquin (que por si os lo preguntáis, debe su nombre a este señor) Fuentes: 1 y 2.

  Fuera de concurso: Aeropuerto Kai Tak, Hong Kong

Este aeropuerto está fuera de concurso porque cerró en 1998 y ya no hace disfrutar a los spotters de todo el planeta. Mi señor padre, a quien el Monstruo del Espagueti Volador tenga en su albondigosa gloria, aterrizó allí en los años sesenta y contaba, treinta años más tarde, cómo notó un sudor frío recorrer su espalda mientras el avión en el que viajaba descendía entre edificios y antenas de televisión que le hacían cosquillas en la panza. Al avión, digo, no a mi padre. Hong Kong es un sitio densamente poblado en la misma medida en la que el Vaticano es un estado religioso. O sea, un montón. Los edificios crecen hacia arriba porque la superficie por urbanizar es básicamente nula; la localización del aeropuerto obligaba a rozar los tejados de los edificios de la por entonces colonia británica, incluidos los de la mítica Ciudad Amurallada de Kowloon, un enclave chino dentro de Hong Kong que ya tuvo sus tardes de gloria en este su blog fronterizo. Las imágenes de enormes Boeing 747 aterrizando entre edificios quedaron para la historia hace ahora quince años, pero gracias a Youtube podemos impresionarnos con los aterrizajes prácticamente suicidas que se hicieron durante décadas allí.

Espectacular vídeo pletórico de aproximaciones vistas a ras de calle. Terror en estado puro.

  Fuera de concurso (II): Aeropuerto Princesa Juliana, San Martín (Antillas Neerlandesas)

Como guinda, el aeropuerto más famoso de Internet, fuera de concurso precisamente por esa condición. La primera vez que vi fotos de un 747 de Air France pasando por encima de Maho Beach camino de la pista de aterrizaje del Princesa Juliana fue en 1998, en una revista (creo que la Muy Interesante). Pensé inmediatamente que eran más falsas que Judas. Simplemente, algo así no es posible. La revista, en el número siguiente, se defendió de las cartas de los lectores que denunciaban la falsedad de las fotos publicando otra serie todavía más espectacular y jurando que era todo real. Por supuesto, seguí sin creérmelo. No fue hasta cuatro o cinco años después cuando, ya con mi ADSL de 256 kb instalado en casa, empecé a ver fotos del lugar de manera bastante frecuente; seguí escéptico. Al fin y al cabo las fotos fakes de famosas desnudas estaban a la orden del día, ¿qué costaba cortar y pegar un Jumbo de la KLM en una foto de una playa?; sólo cuando aparecieron en mi vida Google y Youtube fue cuando, por fin,  muchos años después, me creí que un lugar así pudiera existir.

Una foto muy parecida a la de arriba fue la primera que vi del Princesa Juliana, hace ya década y media. La de abajo es, a mi juicio, la que mejor define qué son San Martín y su aeropuerto (fuentes 1 y 2)

Fuentes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Nota sobre el uso de las expresiones «Antillas Francesas» y «Antillas Neerlandesas»: Oficialmente las Antillas Holandesas o Neerlandesas como entidad política se disolvieron en 2010. En esta entrada la expresión se usa únicamente como denominación geográfica para las posesiones de los Países Bajos en el Caribe, sea cual sea su estatus. Exactamente lo mismo para las francesas.

Agradecimientos: Al camarada y Gran Líder Iggypop, que no es el cantante anciano sin camiseta sino un frikazo aeronáutico y lector habitual que me asesoró para que metiera la pata lo menos posible con según qué términos técnicos.

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