El puente internacional más corto del mundo

La Frontera de Estados Unidos y Canadá entre Nueva York y Ontario recorre durante unas cuantas decenas de kilómetros el Río San Lorenzo (Saint Lawrence) en la zona conocida como las Mil Islas o Thousand Islands. En este lugar los agrimensores británicos y norteamericanos que trazaron la frontera allá por el siglo XIX decidieron que la línea de separación de ambos países no tocara tierra y zigzagueara entre las islas, dejando a un lado o a otro de la frontera los distintos islotes y peñascos que componen el archipiélago fluvial. La frontera discurre, supuestamente, entre dos islas extremadamente cercanas conocidas con el nombre de Islas Zavikon. En la isla mayor de las dos se encuentra un domicilio privado, cuyo jardín trasero se encuentra en el islote más pequeño. Entre ambos pedazos de Tierra existe un pequeño puente, que es presentado a los turistas como el puente internacional más corto del mundo.

Zavikon Island (clic para ampliar) y su presunto puente internacional.

Lamentablemente, la historia es tan estupenda como falsa. Las dos islas Zavikon pertenecen en toda su integridad a Canadá, estando la frontera a un par de cientos de metros más al sur, como se puede comprobar en este mapa del USGS centrado exactamente sobre las islas. Una pena porque el islote se había situado en los puestos de cabeza de sitios a los que ir antes de dejar de fumar, pero bueno. En cualquier caso, y aunque cruzara una frontera, probablemente el puente de la Isla Zavikon no sería el más corto del mundo entre dos países. ¿Cuál es, entonces? Vamos a buscar candidatos.

En las Mil Islas no tendrán el puente internacional más corto del mundo, pero sí esta casita. La isla se llama «Just Enough Room», o sea «Sólo el Espacio Suficiente». En Canadá siempre han sido unos cachondos a la hora de ponerle nombres a sus accidentes geográficos.

En primer lugar visitemos Extremadura, región española que comparte varios cientos de kilómetros de frontera con Portugal. En la provincia de Badajoz se encuentra La Codosera, una pequeña localidad de apenas dos mil habitantes a sesenta kilómetros de la capital provincial, lindando ya con Portugal. Una de las pedanías que conforman el municipio, llamada El Marco, limita con su gemela portuguesa, conocida como O Marco o Marco a secas. Es una historia similar a la de Rio de Onor y Rihonor, en la que una única aldea se ve dividida por una frontera internacional. La Historia de El Marco está íntimamente ligada al contrabando y a su situación fronteriza. A lo largo del siglo pasado abrieron numerosos comercios en El Marco, hasta una decena en la época de mayor esplendor del pueblo, que nunca superó los 250 habitantes (contando los dos lados de La Raya). Eran comercios de variedades, donde uno podía encontrar desde café y toallas en la parte portuguesa hasta vajillas de Duralex, navajas o vino en el lado español. Los turistas de uno y otro lado de la frontera cruzaban la exigua Raya para abastecerse de aquello que fuera más barato en el país vecino que en el propio.

Al norte, España, al sur, Portugal. La frontera corta en dos el pueblo

La frontera hispanlusa entre El Marco y O Marco la forma un pequeño arroyuelo llamado Abrilongo, de apenas un par de metros de anchura los días buenos, apenas distinguible entre la maleza. Un par de tablones mal clavados hacían de cruce fronterizo en un lugar donde la Guardia Civil y la Fiscal (encargados de la vigilancia de ambos lados de la frontera) hacían la vista gorda de manera habitual, propiciando así una cierta pujanza económica comarcal que beneficiaba a unos y a otros. Este modo de vida se vino abajo tras la entrada en vigor del tratado de Schengen en 1994, que abolió las fronteras interiores de la Unión Europea, y su agonía se agravó cuando en 2002 el euro se convirtió en la moneda común. SIn embargo, en 2008 se construyó un puente de verdad. Los viejos tablones, que ya eran llamados con cierta sorna como el título de esta entrada, fueron sustituidos por un puente de verdad a finales de 2008, hace ahora cuatro años. El puente mide tres metros de largo por uno y medio de ancho, lo que desde luego lo hace candidato a puente fronterizo más breve del planeta.

El puente de El Marco (fuente), cruzando de España (a la derecha) a Portugal

Vayamos ahora a una frontera inédita en este su blog fronterizo: Polonia y República Checa. A unos pocos cientos de metros de la triple frontera con Alemania, una pequeña lengua de asfalto discurre entre las fronteras checas con sus vecinos, de manera que uno puede cruzar de Polonia a Alemania pasando por Chequia en apenas un kilómetro y pico. A un lado de la calzada hay una pequeña acera que sigue su mismo trazado, y en la que encontramos otro candidato para el premio. Es un pequeño puentecito de apenas un par de metros de largo, sobre una acequia, un colector o un arroyo bastante miserable, que, sin duda, sobrepasa con mucho la cortedad del presunto campeón useño-canadiense.

Vistas desde la República Checa (arriba) y Polonia del puente entre ambos países (fuente). Nótese el mojón fronterizo en un lado.

Tenemos un tercer candidato, de nuevo en la Raya Hispanolusa. Los lectores más veteranos de este blog recordarán a Rihonor de Castilla y a su hermano mellizo portugués, Rio de Onor. Como en el caso extremeño, los dos pueblos son, en realidad, una única localidad que, casualmente, contiene en sus tierras una línea imaginaria demarcada por unas cuantas piedras. Parte de la frontera viene demarcada por un arroyuelo convertido en canal de riego para los campos de ambos lados de la frontera. Sobre ese pequeño curso de agua cruza un puente que también aspira al título en juego. Son apenas unos metros de hormigón con unas barandillas verdes adosadas, pero que cruzan un límite internacional.

El puente de Rio de Onor (fuente)

¿Cuál de los tres es el más corto? Lo dejo a la decisión del lector. Del único que he encontrado una medida fiable es el de La Codosera (3,20 metros), los otros dos deben andar por ahí. Pero desde luego, no es un puente entre Estados Unidos y Canadá. Ahí queda eso.

Fuentes y más info: Diario Hoy, Historia de La Codosera, Twelve Mile Circle (blog en inglés sumamente recomendable), Jan Krogh’s Geosite (a.k.a. la Biblia)

Agradecimientos a Sherlock, lector habitual y consumado viajero fronterizo, por hablarme de La Codosera. En 2008. Bravo por mi capacidad de reacción rápida.

En este blog ya se habló de puentes y fronteras hace ya casi cinco años: Fronteras sobre el puente (y su segunda parte)