Cruzar la frontera

La ruta me llevaba, a veces, a aldeas cercanas a alguna frontera. Pero no muy a menudo, pues a medida que uno se aproximaba a la frontera, la tierra se volvía cada vez más desierta y menguaban las posibilidades de toparse con personas. Aquel vacío acentuaba el misterio de aquellos lugares. También me llamó la atención el silencio que reinaba en las zonas fronterizas. Aquel misterio unido al silencio me atraía y me intrigaba. Me sentía tentado a asomarme al otro lado, a ver qué había allí. Me preguntaba qué sensación se experimentaba al cruzar la frontera. ¿Qué sentía uno? ¿En qué pensaba? Debía de tratarse de un momento de gran emoción, de turbación, de tensión. ¿Cómo era ese otro lado? Seguro que diferente. Pero, ¿qué significaba “diferente”? ¿Qué aspecto tenía? ¿A qué se parecía? ¿Y si no se parecía a nada de lo que yo conocía y, por lo tanto, era algo incomprensible e inimaginable? Pero en el fondo, mi más ardiente deseo, mi anhelo tentador y torturador que no me dejaba tranquilo, era de lo más modesto, pues lo único que me intrigaba era ese instante concreto, ese paso, ese acto básico que encierra la expresión de cruzar la frontera. Cruzarla y volver enseguida, con eso –pensaba– me bastaría, saciaría esa inexplicable y, sin embargo, cuán acuciante sed psicológica.

pldeborder

Ryzsyard Kapuściński. Viajes con Herodoto. Del primer capítulo: Cruzar la frontera.

La fotografía está tomada en la ciudad polaca de Slubice, frente a la alemana de Fráncfort del Óder, y se la debemos a despod.

7 respuestas a “Cruzar la frontera

  1. Rus 30-noviembre-2008 / 11:47 pm

    Anda, yo he estado en Slubice. Comprando tabaco que es más barato que en Frankfurt-Oder, jajaja

    Me encanta el blog. Esas curiosidades fronterizas son la leche!!

    Un saludo

  2. alb128 1-diciembre-2008 / 2:25 am

    Siempre he tenido una sensacion muy especial al cruzar fronteras, una vez entrado en el siguiente pais te encuentras con un mundo nuevo a pesar de haber recorrido apenas unos pocos metros.
    Una de las fronteras mas impresionantes que he pasado fue la de Corea del Norte, entre Dandong y Sinuiju, dentro de un tren que pasaba por un viejo puente de hierro sobre el rio Yalu, que define los limites con China. Una vez en la estacion norcoreana registraron nuestros equipajes uno por uno… Pocos dias despues visitamos Panmunjom, que es la foto que usas en la cabecera de este maravilloso blog.

  3. Felipe Alfonso 7-diciembre-2008 / 4:55 am

    Coincido con alb128.

    Recuerdo las sensaciones que tuve la primera vez que salí de mi país, México, yendo hacia Centroamérica… es algo quizá en lo que pocos o muchos, no lo sé, pensamos… y quizá la cosa no vaya más allá de que las fronteras son simples divisiones puestas por los humanos… sin embargo, lo verdaderamente importante era lo que decía Kapuscinsky y alb128: la realidad de encontrarte en otra realidad te abre nuevos panoramas… y te hace valorar más tu casa.

    Buen blog,

    saludos!

  4. brayanhabid 7-diciembre-2008 / 7:14 am

    Una frontera que siempre recuerdo es la de Ecuador y Perú. Es casi como si el paso fronterizo quedara casi en la mitad de un pueblo; el cual, a su vez, parecía más un pueblo marroquí que uno ecuatoriano o peruano. La gente, las casas, el mercado, todo parecía no pertenecer geográficamente a esa región. Además lo curioso de ver la continuidad de las casas a cada lado de la frontera, como si esta no estuviera allí.

  5. Sergio 3-marzo-2015 / 3:52 pm

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