Las 256 mejores entradas de Fronteras

Que son todas y cada una, incluyendo esta. Hoy, siete de enero, se cumplen cuatro años, cuatro, de la publicación de la primera entrada de este blog. Decir que en estos cuatro años han cambiado muchas cosas sería quedarse un poco corto. Me he casado, he tenido un hijo (al que le regalan mapamundis atroces), he cambiado dos veces de trabajo y otras dos de lugar de residencia, he perdido a mi padre, he conocido Nueva York (y lo que es mejor todavía, Baarle)… y he publicado 2⁸ entradas en el blog (en 2² años). No son muchas (Microsiervos hace eso en un fin de semana malo y sólo con los bots), pero hay alguna que otra más o menos decente que podría incluso ser calificada como pasable. En cualquier caso he disfrutado como un enano durante estos cuatro años. Y espero que vosotros, escasos pero inmerecidos lectores, de vez en cuando hayáis pasado un rato agradable leyendo este vuestro blog fronterizo.

Para la entrada de hoy voy a necesitar uno de estos

En cada aniversario recuedo la misma frase de García Márquez (atribuida también a García Lorca y a Bryce Echenique): Escribo para que me quieran. O, más concretamente, escribo para que me lean. No concibo nada más falso que esos escritores que afirman escribir para sí mismos. Eso no es escribir, igual que registrar tu voz en una grabadora no es hacer radio. Todo este rollo petardofilosófico viene por lo siguiente: Este año Fronteras ha tenido casi tantos lectores como los tres años pasados juntos (890.000 frente a 1.120.000, redondeando). Sólo en el mes de noviembre el blog acumuló casi tantas visitas (139.000) como en todo el primer año de vida de Fronteras (141.000). Permitan que me felicite efusivamente.

Me autoabrazo de pura satisfacción

De las 256 entradas que he asestado a mis lectores en estos cuatro años 57 fueron publicadas en 2011. Igual que un padre no puede decidir a cuál de sus hijos quiere más tampoco puedo establecer cuáles son las mejores, pero sí las más leidas. Y son, tatachán, estas (si no las has leido ahí tienes material para pasar un rato):

15.- El hombre más solitario de la Tierra: Sobre la tragedia del último hombre de su tribu; en Brasil

14.- La frontera en espiral: Sobre una curiosidad fronteriza y cartográfica en el límite entre Croacia y Eslovenia

13.- Cuando el dinero no vale ni el papel en el que está impreso (y su segunda parte): Sobre los casos más salvajes de hiperinflación

12.- El último pueblo hippie: Sobre un lugar en Australia donde ser no fumador está mal visto.

11.-El país más joven del mundo: Sobre el nacimiento de Sudán del Sur

10.- Pyramiden, la ciudad fantasma del Ártico: Sobre un poblado soviético en el noruego Archipiélago Svalbard.

9.- Aberraciones cartográficas: Sobre cómo NO fabricar una pelota-mapamundi para niños.

8.- Las carreteras más solitarias de la Tierra (y su segunda parte): Sobre caminos poco transitados en los que más vale no tener un pinchazo.

7.- Diez distopías de pesadilla (que no son 1984 ni Un mundo feliz): Pequeño offtopic literario. Me encanta la Ciencia Ficción y no me apetece abrir otro blog solo para eso, oye.

6.- Pitcairn, la isla de la endogamia: Sobre un islote bajo soberanía británica con medio centenar de habitantes en mitad del Pacífico Sur.

5.- A diez mil kilómetros de casa y sin embargo en casa: Sobre esos lugares que pertenecen a un país y están a miles de kilómetros de él (como, por ejemplo, Pitcairn).

4.– Diez novelas que comienzan con el fin del mundo tal y como lo conocemos: Sobre eso mismo. Más offtopic literario.

3.- El verdadero tamaño de los continentes: Mapas superpuestos y proyecciones geográficas.

2.- De qué viven los trece países más pequeños de la tierra: Sobre las microeconomías nacionales de las trece naciones independientes más pequeñas.

1.- Quince pueblos que deberían cambiar de nombre pero ya: La entrada más vista de la historia del blog con muchísima diferencia, y también la más comentada. Escatología toponímica.

Ese soy yo después de escribir la entrada de los territorios más lejanos.

No puedo dejar pasar la ocasión de mencionaros a vosotros, queridos lectores y comentaristas. No sólo por las sugerencias, precisiones y geniales digresiones que se plantean a veces en los comentarios, sino porque lo que más me gusta de escribir es leeros a vosotros. Así que comentad. Cada vez que no comentáis una entrada Dios elimina un enclave. Allá van los besitos: Muskarditz (in absentia), Marcelo Argentino, Noelthom, pese a su militancia culé, Ricardo, el veteranísimo Càtxum!, Elentir, la familia De Ory, el inasequible Sherlock, al que le debo una entrada desde hace casi tres años, Martincafé, Nicko Miszezun, Anuro Ubuntero, Cabovolo, Eleder, Remo (a.k.a. mi hermano) Ferrán Blasco y tantísimos otros que me olvido y a los que os pido disculpas por mi carencia de memoria. Mención especial y premio al comentarista del año para Tucumano, por sus siempre interesantes aportaciones y su insistencia en que hable más de latinoamérica y menos de Australia, que no tiene fronteras. Parabienes también para los que me escribís emails que tardo eones en responder y no me insultáis por ello.

Fronteras inicia su quinto año de andadura con más ganas que nunca. Y para demostrarlo me voy a tomar el resto del  mes de enero de vacaciones. Así somos los blogueros. Caprichosos e impredecibles. Nos leemos en febrero, gente. ¡Gracias a todos!